En Loiba finaliza el ayuntamiento de Ortigueira por el este. Esta parroquia de Tradición agraria es una de las más extensas del municipio. Tiene amplias llanuras que se pierden entre las vertientes occidentales de la Serra da Faladoira -Coriscada y los altos de O Viso y Rande-.
La costa de Loiba es la más salvaje del Ayuntamiento.
Entre impresionantes acantilados perforados por cuevas -llamadas furnas- en su parte baja, se abren a las aguas de la Ría exterior las playas de O Picón y Coitelo. En estos arenales encontramos un curioso muelle,
donde las lanchas se sostienen en la ladera por roldanas para evitar que las lleve la pleamar.
Los acantilados de Loiba, esconden bajo sus erosionadas rocas seis inmensas playas, de arena suave, teñidas con los colores de los sedimentos marinos, salvajes,
deshabitadas, donde el mar campa a sus anchas e impone su única ley.
Un lugar donde los escasos
bañistas, por las dificultades del acceso, gozan de la belleza de este rincón secreto de Galicia, sin que nadie les moleste, rodeados por una naturaleza salvaje.
El acceso a los seis arenales de Loiba se hace por pequeñas sendas que descienden zigzagueando por los acantilados tapizados por un mosaico vegetal de escaso
porte azotado por el viento marítimo, en algunos casos el sendero se convierten en escaleras talladas en la roca por los pescadores o asiduos del lugar.
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