De familia acomodada pronto sintió su vocación religiosa y se marcho para estudiar sacerdocio, pero una enfermedad le trunco su deseo, volviendo a su pueblo, Mejorada del campo. Vendió sus propiedades y empezó la construcción de este edifico.
Hecha por entero con materiales de desecho que iba consiguiendo, no siempre fue bien visto por sus paisanos, llegando a recibir palizas, según cuenta en su libro.
Viviendo en la más absoluta austeridad, es increíble lo que el tesón y la pasión han llevado a este hombre a construir esta quimérica obra, que no cuenta con el beneplácito de ninguna institución publica ni religiosa.
El ser humano nunca deja de sorprendernos,unas para mal y otras,como es el caso,para bien.
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