lunes, 20 de febrero de 2012

IGLESUELA DEL CID

Bonito municipio de la turolense comarca del Maestrazgo. Se levanta en la vertiente noreste de la Sierra de las Dehesas enmarcado entre el río de La Cuba y la rambla de las Truchas, muy cerca de la frontera con Castellón.




Tras la Reconquista pasa a manos de la Orden del Temple para después estar en manos de los sanjuanistas. No cabe duda que la localidad vivió un largo periodo de bonanza económica desde la Baja Edad Media abarcando toda la Edad Moderna, fruto de la cual se construyeron todos los palacios y casonas que contemplamos hoy en día.







La belleza y excelente conservación de su casco urbano le valió en 1982 ser declarado Conjunto Histórico-artístico. Son numerosos los palacios que nos encontramos paseando por sus calles empedradas, destacan las casas Guijarro, Grande y Aliaga como bellos ejemplos del modelo renacentista aragonés. Perfecta factura de sillería en piedra, grandes vanos y galería de arquillos con trabajado alero de madera como remate, son las principales características de estas construcciones cuyos patios están decorados con elaborados suelos empedrados.






Atravesando un espléndido arco ojival accedemos a uno de los espacios con mayor encanto, la Plaza Mayor. Aquí se concentran edificaciones de muy distintas características. De entre todas ellas destaca el Ayuntamiento, levantado entre los siglos XIII, XIV y XV en lo que fue la Torre de los Nublos, antiguo torreón fortificado que protegía a la localidad. La parte baja presenta una lonja formada por un arcada ojival. En su interior destaca la techumbre mudéjar que decora sus Salón de Plenos.







Sin abandonar la Plaza Mayor la Casa Matutano-Daudén (siglo XVIII) nos abre sus puertas para mostrarnos sus bellos interiores barrocos, así como uno de los mejores ejemplos de escalera imperial en Aragón. Actualmente este edificio se ha rehabilitado como Hospedería del Maestrazgo.






Pero nuestro recorrido no acaba en la plaza, el resto de calles de la localidad nos esperan realizando un pintoresco itinerario en el que disfrutar de cada rincón, portada, fachada y textura de los paramentos decorados con emblemas, escudos y otros elementos decorativos.








 En enero, para recibir el nuevo año, personajes como "Los Diablos", "San Antón" y "La Abuela", recorren las calles de la localidad a caballo recitando dichos dedicados al Santo.








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