En 1516, cuando Íñigo tenía ya 25 años, su huésped y protector cayó en desgracia de Carlos I de España, fue desposeído de su cargo y de la tenencia del palacio real de Arévalo en que hospedaba a Íñigo, y poco después murió. Su viuda, no pudiendo dejar a Íñigo acomodado, lo presentó a su pariente, el Duque de Nájera, que era Virrey de Navarra, junto al cual Íñigo se asentó como gentilhombre de corte.
En abril de 1523 Íñigo peregrinó a Tierra Santa, que estaba bajo el dominio de Solimán II el Magnífico. Impedido de permanecer en ella, y convencido de que podía hacer algún bien a los demás, comienza su tardía pero larga vocación de estudiante, que lo llevará a Barcelona, Alcalá de Henares, Salamanca y París. En esta última universidad, Íñigo, obligado a latinizar su nombre, empieza a llamarse Ignacio.
Ordenado sacerdote en Venecia mientras aguarda inútilmente la oportunidad de trasladarse a Tierra Santa, acaba cumpliendo la segunda parte de su voto y se ponen a las órdenes del Papa Paulo III, el cual en 1540 aprueba la Compañía de Jesús.
En 1609, el Papa Pablo V beatificó a Ignacio y a Francisco Javier, el misionero del Lejano Oriente que era otro de los siete primeros compañeros. En 1622 el Papa Gregorio XV los canonizó.
El colosal edificio del Santuario de Loiola se construyó en el siglo XVII. Este monumento es una de las más singulares construcciones barrocas del mundo y fue obra del arquitecto italiano Carlo Fontana.Además, el conjunto del Santuario alberga en su interior la casa torre de los Loiola, donde nació el Santo en 1491.Este conjunto histórico se encuentra situado en el municipio guipuzcoano de Azpeitia, concretamente en la comarca de Urola Medio, bajo el abrigo del macizo de Izarraitz.
http://www.santuariodeloyola.org/san-ignacio.html
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