lunes, 19 de septiembre de 2011

TARAMUNDI

Los primeros signos que demuestran la existencia de vida humana en el concejo se remontan al periodo epipaleolítico (13.000 a.C. al 10.000 a. C.), como lo demuestran los restos de las necrópolis. Los astures y galaicos surgen como tales en el tránsito de la Edad del Bronce a la Edad del Hierro, y entre ellos había a su vez diferentes pueblos, como los albiones, que se asentaron entre los ríos Eo y Navia.


De las épocas de la monarquía Asturiana, de la alta y baja edad media, lo más destacable y verdaderamente importante fue la pertenencia del concejo al poderoso señorío de los obispos de la Iglesia de Oviedo, que poseía un vasto territorio cuyo núcleo administrativo y económico era la Puebla de de Castropol.Pero toda esta dependencia acabó con la desamortización llevada a cabo por el rey Felipe II, que llevó a cabo ventas de bienes eclesiásticos para poder sufragar los gastos acarreados por las distintas contiendas en las que estaba inmiscuida la corona Española. Por esta causa vende a las gentes de los pueblos las antiguas concejalías obispales, consumándose en Taramundi este hecho con la venta en 1584 de las parroquias de San Martín de Taramundi y San Julián de Ouria.


En junio de 1584 se eligieron un regidor y tres concejales, dos por Taramundi y uno por Ouria, que elaboraron las primeras leyes del concejo, contando para ello con la participación de varios vecinos comisionados. Algunas de estas ordenanzas estuvieron en vigor hasta el año 1783.Para conmemorar este hecho histórico, que supuso la independencia definitiva de Taramundi, se plantó un roble en el centro de la villa de Taramundi en verano de ese mismo año. A este árbol se le conoció como el "Carbayo do Poyo"


El siglo XVIII viene marcado por una incipiente y fructuosa industria ferrícola, como así lo demuestran los seis mazos de espalmar y las fraguas reconocidas en el catastro de Ensenada. El origen de esta actividad se encuentra en los propios condicionantes geofísicos del territorio, con yacimientos de hierro, abundancia de agua y riqueza forestal.


Si bien los artesanos del hierro o "ferreiros" elaboraban todo tipo de herramientas y utensilios, fue la producción de navajas y cuchillos la que más se desarrolló a lo largo de los siglos XVIII y XIX, época de gran esplendor. A principios del siglo XIX había en el concejo unos cien talleres de artesanía. En los años posteriores esta actividad estuvo a punto de perderse, pero en la actualidad, y gracias entre otras causas al gran desarrollo del turismo rural, la fabricación de cuchillos y navajas se mantiene como una de las actividades económicas más importantes del municipio.





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