domingo, 17 de marzo de 2013

HONDARRIBIA

Hondarribia es hoy una pequeña ciudad situada junto a la desembocadura del Bidasoa, en un paraje especialmente bello y tranquilo. Pero su ubicación estratégica, en la frontera con el vecino reino de Francia, le hizo jugar un papel bélico muy destacado a lo largo de los siglos.








Hubo un tiempo en que Hondarribia -como toda Gipuzkoa- perteneció al reino de Navarra. Los reyes navarros fueron los primeros en comprender la importancia estratégica de este promontorio sobre la bahía, ubicado en una zona de soberanía indefinida, en la confluencia de varios reinos.










En el año 1200 Navarra iba a perder para siempre su salida al mar, cuando el rey de Castilla, Alfonso VIII, decidió conquistar Alava y Gipuzkoa. Estos territorios le impedían conectar su reino de Castilla con la región de Aquitania -en la costa de Francia-, que reclamaba en herencia. De este modo, pocos años después de su fundación como villa, Fuenterrabía pasó a formar parte de Castilla.











El nuevo dueño de Gipuzkoa, Alfonso VIII de Castilla, se apresuró a confirmar los privilegios de las villas recién adquiridas. El fuero de Fuenterrabía fue confirmado en 1203, que suele tomarse como su fecha fundacional, aunque la villa parece ser -como hemos dicho- una fundación Navarra unos años anterior.










Todo cambió de repente, cuando Francia recuperó esas posesiones en 1453, al final de la Guerra de los Cien Años. Con los nuevos vecinos, la tensión comenzó a aumentar en la frontera. De la noche a la mañana, Fuenterrabía pasó a ser una plaza de vital importancia, situada -cada vez más- en el ojo del huracán.La siguiente crisis tendrá lugar poco después. Muerto Enrique IV sin descendencia en 1474, le sucede en el trono su hermana Isabel la Católica, que deberá librar una guerra de Sucesión contra la otra pretendiente al trono, Juana la Beltraneja, casada con el rey de Portugal. Vizcaínos y Gipuzkoanos apoyaban a Isabel y su proyecto de unión con el reino de Aragón, mientras Francia, temerosa de un vecino fuerte, apoyó a la Beltraneja.










Si Fuenterrabía fue ya una plaza decisiva para los Reyes Católicos, aún cobrará mayor importancia durante el reinado de su nieto, el emperador Carlos V. Esta villa será para él una plaza fuerte absolutamente primordial. Las fortificaciones que vamos a ver en nuestra visita son básicamente las que él levantó.










A Carlos V le sucedió su hijo Felipe II, en cuyo imperio –según se decía- no se ponía el sol. Los frentes marítimos abiertos en tan vastos dominios eran innumerables. El rey debía echar mano de la experiencia de las villas costeras, y muy especialmente de la costa vasca, cuyos marineros tenían fama en todo el mundo. En 1574 Fuenterrabía tuvo que contribuir con naves y marineros a la flota real.En este contexto tendrá lugar el hecho de armas más famoso y memorable de la historia de la villa: el asedio de 1638, un suceso que adquirió proporciones míticas, y que cada año se recuerda en las fiestas patronales de Hondarribia.










El asedio de 1638, y su corolario, la Paz de los Pirineos, marcan el cénit de Fuenterrabía, pero también el comienzo de su decadencia. A partir de entonces, la historia de la ciudad será un lento y prolongado declive.
El recinto intramuros, que contaba unas 2.000 almas, irá poco a poco perdiendo habitantes. La importancia militar de la plaza irá cediendo terreno, en beneficio de San Sebastián y de la misma Irún. Aunque aún sufriría dos asedios durante el siglo XVIII, empezó a ser considerada como una plaza menor.












En la actualidad, Hondarribia –nombre oficial de la ciudad desde 1980- cuenta con 16.500 habitantes, que llegan a los 40.000 en verano. Su población ha estado tradicionalmente dividida en tres grupos, con características y personalidad propias: los que viven en el recinto amurallado, llamados kaletarras; los del barrio marinero, o portuarras; y los que viven diseminados en caseríos por las faldas del Jaizkibel, llamados baserritarras. Muchos viven hoy en modernas urbanizaciones, de modo que esas diferencias han ido desapareciendo y no queda ya nada de esa mítica rivalidad, que duró hasta los años 80.










                               http://www.guiadehondarribia.es/historia.asp

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