SILVES ------ Portugal

El rojo oscuro de las fuertes murallas del castillo dominando la ciudad y el paisaje de alrededor. La arquitectura hecha de luz y arte de una iglesia gótica. Las huellas de la presencia árabe en la historia de la ciudad. Las calles de casas blancas que reflejan el sol y el cielo azul. Atractivos de Silves, donde el pasado se une al presente.

Sé Velha – Catedral Vieja
Edificada con el bello gris rojizo de la región, posiblemente en el lugar de la antigua mezquita, el inicio de su construcción data de la segunda mitad del siglo XIII o principios del siglo XIV. Los trabajos prosiguieron hasta mediados del siglo XV, tras el hundimiento parcial. Sufrió modificaciones arquitectónicas en el siglo XVIII.

Entre el patrimonio de la catedral se cuentan dos grandes lienzos que representan a San José y a Santa Bárbara (siglo XVIII), el retablo renacentista (siglo XVI) de una de las capillas laterales y los sepulcros de mármol de João Gramaxo (1516) y de un obispo, con el relieve de un báculo.

Las defensas de Silves, además del castillo, se componían, según la descripción de un cruzado que participó en su conquista, por tres líneas de murallas.
De esas murallas apenas restan algunos muros construidos en arenilla rojo y tapia - mezcla de arcilla, gravilla, arena y cal -, y algunas torres que protegían el área residencial, o medina, de Silves.

El tiempo y el hombre alteraron la ciudad musulmana y cristiana que fue “cabeza” del Algarve. Silves mantiene, sin embargo, mucho de su encanto en las calles de la antigua medina, que respetan el trazado medieval. Las construcciones que se extienden desde las murallas hasta al río son, en muchos casos, buenos ejemplos de la arquitectura burguesa del final del siglo XIX y primeras décadas del siglo XX, asociada a la prosperidad traída por la industria del corcho.

La actual Rua da Sé fue la Rua Direita donde se aglomeraban las tiendas de los grandes mercaderes. La judería quedaba entre la Rua da Porta de Loulé y la actual casa parroquial, mientras la sinagoga quedaba fuera de la muralla. Por su parte, los musulmanes conquistados tuvieron, como sucedió en todo Portugal, sus viviendas fuera de las murallas - la morería - que se situaban aproximadamente en el área hoy delimitada por las calles Samora Barros y Francisco Pablos.

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