jueves, 17 de septiembre de 2015

BILBAO - 1ª parte - La Ciudad

La Villa de Bilbao fue fundada en 1300 por Diego López de Haro V  “El Intruso”, Señor de Bizkaia. En realidad ya existía desde el siglo anterior como núcleo poblado a ambos lados del Nervión-Ibaizabal, en el punto donde el río dejaba de ser ría, en el último vado antes de su desembocadura en el mar Cantábrico, lo que permitía un control del paso de mercancías. La fundación fue sin embargo la plasmación jurídica como villa de una parte de la anteiglesia de Begoña, el llamado puerto de Bilbao.











 El origen de Bilbao parece obedecer a su situación en un vado del río, en un enclave estratégico en el Camino de Santiago costero y punto de control de mercancías que circulaban desde Durango o Balmaseda hacia y desde la Ría. En 1310 la sobrina de Don Diego le concede nueva carta de poblamiento que refuerza más los privilegios comerciales de Bilbao, haciéndola paso obligado a las mercancías que pasaran desde Castilla hacia el mar, marginando a Bermeo y, además, le concede la exclusiva del comercio en todo el camino entre Areta y Bilbao.










 El crecimiento urbano de Bilbao se concentró en un espacio pequeño, reducido a las tres primeras calles de la Villa: Somera, Artekale y Tendería. A lo largo de los siglos XV, XVI y XVII, la Villa de Bilbao mantendrá un importante papel en el comercio de intermediación e irá llenando el estrecho espacio de su jurisdicción, obligando a prolongar, en el siglo XVIII, la ciudad hacia nuevas calles desde la Iglesia de Santiago y actual catedral (Correo y Bidebarrieta) con prolongaciones hacia los arrabales de Ibeni (Atxuri) y de Ascao.
















La entrada de Bilbao en el siglo XIX no fue fácil.Las sucesivas guerras y conflictos deprimieron gravemente el comercio tradicional bilbaíno y la invasión napoleónica y la Guerra de Independencia no hicieron que las cosas mejoraran.
Pero su situación cambió tras la primera Guerra Carlista (1833-1839). Bilbao fue uno de los centros de resistencia liberal contra el carlismo, siendo sitiada también en la segunda Guerra Carlista (1873-1876). De estas guerras salió fortalecida como verdadero centro neurálgico de la actividad económica del Señorío.
















 La riqueza de los yacimientos de mineral de hierro cercanos a Bilbao impulsó en un primer momento un sector de explotación minera, pero desde 1882 se comenzaron a instalar modernas siderurgias (Altos Hornos de Bilbao y La Vizcaya, fusionadas, junto con La Iberia en 1902 en Altos Hornos de Vizcaya) que, en la década siguiente, se convirtieron a fábricas de productos metalúrgicos.















 ste fuerte crecimiento económico tuvo un evidente efecto en la fisonomía de la ciudad y sus alrededores. En un corto periodo de tiempo, la Ría de Bilbao se pobló de nuevas fábricas, nuevas infraestructuras portuarias y de comunicación (ferrocarriles) y también de nuevas viviendas. De hecho, la jurisdicción de Bilbao se amplió en 1890 a todo Abando, absorbiendo la previa Anteiglesia y en 1925 a las de Deusto y Begoña.















 En la década de los noventa, un Bilbao con menor población, en parte debido a la crisis pero también a un proceso de desanexión. La tradicional ocupación comercial e industrial dio paso a la actividad en nuevos focos. Por una parte, la atracción de nuevas actividades, como el Museo Guggenheim o el Palacio Euskalduna y, por otro, la mejora de la propia ciudad como entorno de vida: el Metro, eliminación de trincheras ferroviarias, eliminación de ruinas industriales en la ría y construcción de nuevos edificios y entornos.












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