Sitúense en el siglo IX, 800 años después de la muerte de Santiago, mediten sobre la ciencia forense de la época y deduzcan cómo pudieron identificar los tres cadáveres. Observen, asimismo, que el Pelayo de la leyenda, ya sospechaba el origen sagrado de esa incesante lluvia de estrellas, pues acudió directamente al Obispo y no a otras autoridades civiles.El más antiguo se los relatos pormenorizados que se conserva sobre el descubrimiento es la "Concordia de Antealtares", escrito doscientos cincuenta años después, concretamente en el 1077.Y es a partir de esa fecha, cuando el sepulcro se convierte en punto de peregrinación de todo el continente Europeo. El camino quedó definido entonces recurriendo básicamente a las numerosas calzadas romanas que unían diferentes puntos de la península.
http://www.jrvarela.net/camino_de_santiago.htm
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