domingo, 25 de julio de 2010

CAMINO DE SANTIAGO 1ª parte

Cuenta la tradición que hacia el año 820 un ermitaño llamado Pelayo, afirmó que observaba muchas noches unas luces que semejaban una lluvia de estrellas fugaces, que caían siempre sobre el mismo montículo. Pelayo, impresionado por la lluvia de estrellas, se presentó ante el obispo de Iria Flavia, Teodomiro, para informarle del suceso. El obispo se trasladó hasta el lugar y pudo contemplar el fenómeno relatado por el ermitaño. Un fuerte resplandor iluminaba el lugar en donde, entre la densa vegetación, encontrarían un sepulcro de piedra en el que reposaban tres cuerpos, identificados como el de Santiago el Mayor y sus discípulos Teodoro y Atanasio.


Sitúense en el siglo IX, 800 años después de la muerte de Santiago, mediten sobre la ciencia forense de la época y deduzcan cómo pudieron identificar los tres cadáveres. Observen, asimismo, que el Pelayo de la leyenda, ya sospechaba el origen sagrado de esa incesante lluvia de estrellas, pues acudió directamente al Obispo y no a otras autoridades civiles.El más antiguo se los relatos pormenorizados que se conserva sobre el descubrimiento es la "Concordia de Antealtares", escrito doscientos cincuenta años después, concretamente en el 1077.Y es a partir de esa fecha, cuando el sepulcro se convierte en punto de peregrinación de todo el continente Europeo. El camino quedó definido entonces recurriendo básicamente a las numerosas calzadas romanas que unían diferentes puntos de la península.



http://www.jrvarela.net/camino_de_santiago.htm

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