vieja y tahur, zaragatera y triste;
esa España inferior que ora y embiste
cuando se digna usar de la cabeza,
aún tendrá luengo parto de varones
amantes de sagradas tradiciones
y, de sagradas formas y maneras;
florecerán las barbas apostólicas
y otras calvas en otras calaveras
brillarán, venerables y católicas.
Mas otra España nace,
la España del cincel y de la maza,con esa eterna juventud que se hace
del pasado macizo de la raza.
Una España implacable y redentora,
España que alboreacon un hacha en la mano vengadora,
España de la rabia y de la idea.
- El mañana efimero - de ANTONIO MACHADO
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